¡No más profesores por favor!
Últimamente aprendí la importancia que tiene el actuar con sentido de urgencia e inmediatez cuando queremos lograr verdaderos cambios en nuestra vida y en la de los demás. En realidad esperaba a que llegara el 15 de mayo, fecha en la que en mi país (México) celebramos "El día del maestro", para publicar esta nota y que cobrara sentido. Sin embargo, hoy me encontré con que en Estados Unidos están celebrando el "Teacher Appreciation Day" y no tuve más pretexto para no escribir el día de hoy. Qué puede ser más urgente que agradecer y reconocer la labor de una de las figuras con más trascendencia en la vida de todas o casi todas las personas que vemos a nuestro alrededor.
He escuchado recientemente cifras alarmantes en cuanto al número de candidatos que entran a las escuelas de formación de maestros y algunas frases como "la docencia ha perdido popularidad entre los jóvenes"... si bien es cierto que las crisis económicas y sociales resuenan hasta en las aulas, considero de suma importancia hacer algo por re-valorar y re-significar la labor docente en la actualidad. Algo dentro de mi se mueve cuando imagino que un joven con vocación de enseñanza decide no hacer caso a su misión en la vida a cambio de más dinero, más prestigio social y menos esfuerzo.
Ser maestro, formador, docente, guía... a fin de cuentas; educador, no es una tarea fácil pero sí es una tarea muy grande. Y con grande no me refiero al desgaste físico y emocional que vivimos a diario, o las noches sin dormir planeando nuestras clases o calificando exámenes, mucho menos a la frustración de querer ayudar al alumno que no se deja o el tener que apegarse a un currículo establecido sin tiempo ni posibilidad de hacer las cosas diferentes... no, con GRANDE me refiero a la connotación pura de la palabra: que supera en tamaño, en importancia, en intensidad, en jerarquía a lo que es común o regular. Entonces, nos encontramos con la idea de que ser docente es una profesión que supera a las demás profesiones; que es más intensa, que tiene más importancia y por lo tanto más trascendencia.
Recuerdo a una de mis profesoras mientras estudiaba una especialización en Argentina que, citando a Philippe Meirieu, decía "ser profesor es una forma particular de ser en el mundo." Es decir, que todo educador realmente entregado a su vocación, no sólo hace de la docencia su profesión sino su estilo de vida, su forma de ser y hacer en el mundo. Por esto digo, que no queremos más simples profesores de aula que llegan a enseñar su materia y se van; que no se preocupan por establecer un vínculo con sus alumnos y que les da igual si aprenden o no. No queremos más personas que se hagan llamar "profesores" y crean que lo saben todo, que lo son todo y que no necesitan aprender más. No queremos más profesores que suelten regaños y palabras que lastiman a sus alumnos sin temor a la resonancia que esto tendrá en sus vidas. No, por favor, no queremos más maestros en formación que les de flojera leer un capítulo del libro, que no sientan culpa de copiar en el examen o que no se crean responsables por hacer un cambio en la vida de las personas desde el primer día que toman la decisión de ser educadores.
Un educador enseña TODO EL TIEMPO, quiera o no quiera. Pero más vale que quiera enseñar, hacer una diferencia, formar un lazo que lo una a sus alumnos y del cual se beneficie el aprendizaje. Un maestro no sólo va a trabajar todos los días, sino que todos los días se enfrenta al inmenso desafío de tocar la vida de sus alumnos, de sus colegas, de sus directivos, de los padres de sus alumnos, de su comunidad. Un maestro tiene que tener muy claro que su profesión es la única que forma a todas las demás profesiones y que también es la única que se forma y se ejerce en el mismo lugar: la escuela.
Así, uniéndome a la celebración estadounidense del "Teacher appreciation day" y al futuro "Día del maestro" en México, te digo gracias por no ser un profesor más, gracias por compartir tus conocimientos, tus habilidades, y más importante que todo: gracias por atreverte a ser diferente y a hacer una diferencia. Tienes en tus manos la posibilidad de cambiar el mundo un alumno a la vez.
Si en tu camino te encuentras con alguien que haga menos tu trabajo, que se burle de tu profesión, que desvalorice lo que haces... recuerda que ese alguien también pasó por las manos de un profesor que seguramente no sembró una semilla de confianza ni amor en su corazón.
¡Sé el maestro que siempre quisiste tener!
Y algo más:
!Te invito a ver esta charla de Rita Pierson en Ted-Ed!
Espero tus comentarios,
Cristina
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